Josep Pàmies es un agricultor catalán que, hace más de una década, se decidió por la agricultura orgánica, libre de químicos y pesticidas nocivos para la salud. Fue entonces cuando se dio cuenta de hasta qué punto el poder de las multinacionales farmacéuticas condicionaba, no sólo la legislación sobre fármacos, sino el cultivo de plantas medicinales de las cuales la propia industria extrae la esencia que posteriormente acabará convertida en medicamento.

Intereses tras la legislación que prohíbe el uso de plantas medicinales

Estas alternativas naturales son sistemáticamente prohibidas y reguladas por los gobiernos, a instancias de la OMS, que es la autoridad directiva y coordinadora de la acción sanitaria en el sistema de las Naciones Unidas. La paradoja está en que son estas mismas transnacionales farmacéuticas las que financian en gran parte su presupuesto, e influyen en los grupos de trabajo de la Organización, encargados de la toma de decisiones. Es decir, son juez y parte.

La dulce revolución de Josep Pàmies

Es en este punto que Josep Pàmies se planteó volver a reunir todos estos conocimientos sobre plantas medicinales y terapias naturales y, desde su trabajo como agricultor, creó una organización sin ánimo de lucro llamada Dulce Revolución,  para divulgar esta experiencia a todos aquellos interesados en tomar conciencia y redescubrir la Naturaleza como fuente de salud. La Dulce Revolución de Josep Pàmies recoge también testimonios de personas con diferentes enfermedades, quienes optaron por la via natural y que aportan su experiencia de forma no anónima, para contribuir a la divulgación de esta realidad.

Tomar conciencia

Este es el trabajo que tenemos que hacer:
presionar desde abajo, organizarnos como sociedad que está
harta de medicaciones artificiales y químicas y exigir que la
sanidad pública dé a conocer las alternativas naturales para
la curación de enfermedades. —JOSEP PÀMIES (agricultor catalán)